Una sola palabra, bueno dos: ¡QUÉ CHÉVERE! En primer lugar, decir que el vuelo se nos pasó "volando". Fue toda una experiencia el salir de madrugada y llegar también de madrugada después de doce horas de vuelo.
Fue una alegría el aterrizar, por fin, en Lima después de tres años preparando esta llegada. En breve estábamos charlando con Liliana, presidenta de la ONG Rayitos de Luz y Esperanza, acerca de los emocionados que estábamos por compartir con ellos "acá".
Por la tarde, pudimos trabajar juntos el cronograma para estos días. Lo hicimos en la casa de Ana Mª (Anita, ¡bien linda!). Estuvimos cerrando las visitas de hoy. Además escuchamos, ahora ya en directo, sus necesidades como asociación y nosotros pudimos contar qué es y qué pretende Dando C@lor. Les hablamos de quiénes somos, de con quiénes trabajamos y cómo lo hacemos. Hemos fijado tres momentos más en estos días para seguir compartiendo en esta línea, ya que ellos demandan formación para continuar ampliando sus servicios.
Para nuestro grupo vimos, desde España, el cuidarnos y es por ello que terminamos la jornada teniendo un rato para compartir lo vivido y sentido. Lo hicimos también a través de un ratito de oración, en el que nos decantábamos por el hecho de sentirnos enviados por nuestra asociación y por querer darlo todo en estos días para ser fieles a nuestro objetivo: "ser y hacer familia, atendiendo a niños y jóvenes, especialmente los más necesitados, HOY, AQUÍ, EN PERÚ".
Ya hoy miércoles, día 11 de julio, comenzábamos visitando el Hospital Guillermo Almenara, hospital de Seguro Social para obreros, al cual acuden muchas personas "de provincia" como dicen por estos lares. Hemos podido comprobar la dureza de esta enfermedad, teniendo en cuenta que existen unos añadidos que hacen todo más difícil. Se nos ha confirmado que el nivel de abandono de tratamiento es del 35-40 %, ya que los niños y las niñas de fuera de Lima tienen serias dificultades para continuarlo: el alojamiento en la propia ciudad (estos dos hospitales son los de referencia para todo el país), la falta de medicamentos, la imposibilidad de poder adquirir una prótesis en el caso de los osteosarcomas, la imposibilidad de dejar sus trabajos por quedarse sin fondos para mantener a otros hijos, y además echarte del propio hospital puesto que dejas de ingresar el seguro social...
A todo esto le hemos puesto cara: Franco, Christopher Ángel, Eliane, Lis, Eriadne, Kimberly, Álvaro, etc. y sus padres. Les hemos podido acompañar de tal manera que ya saben qué es el "Ojú que bien", "El baile de la fruta", la canción de Dando C@lor (AMA LA VIDA, LA FE Y LA ILUSIÓN),...
No dejamos atrás la entrevista con el Dr. Hernández, porque hemos encontrado en él un hombre vocacionado y apasionado por lo que hace. Son muchas las dificultades que existen para el tratamiento, pero nos señalaba que lo que podemos aportar como psicólogos, maestros y voluntarios es tremendamente enriquecedor para los niños y sus familias. Hemos charlado sobre las necesidades de formación que ellos tienen de tal manera que se han concretado varios temas y momentos para tratarlos con los profesionales. Nos ha llamado la atención que nos pedía que volviéramos al hospital cuanto antes.
Después de comer con varias voluntarias y dar un paseo por la Municipalidad de Barranco, volvimos a sentarnos para terminar de cerrar el cronograma de estos días.
Como diría "Irenita", "volvemos a volver" a agradeceros vuestro apoyo y que nos tengáis tan presentes.
Gracias a vosotros por ofrecer incondicionalmente vuestro tiempo de descanso vacacional para daros en servicio a los demás, aquí en Badajoz y allí en Perú. Qué labor más bonita hacéis! Todo mi apoyo y mi oración está estos días con vosotros, ánimo y fuerza para seguir. Besos de Jaime, José Antonio, Javier y Eva.
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