Aquí tenéis, queridos amigos y
amigas, nuestra primera crónica. Después de los nervios propios del comienzo
del viaje, vivimos con mucha ilusión el que por un lado, comiésemos en casa de
Marta con su familia y que por otro, Vicky, fuera hasta Madrid acompañada por
sus padres y hermana.
Era curioso ver en las caras “de
uno y de otras”, las ganas de llegar al Perú (en todo momento nos decíamos
“¡pellízcame, qué no me lo creo!”). Cuando llegamos al aeropuerto de Lima, nos
esperaba Monseñor P. Javier Travieso, el cual nos hizo sentirnos en casa. Ya el
viaje fue todo un regalo, y además muy corto (solo 8 horas de camioneta, que se
pasaron en un “plis, plas”).
La tarde fue una toma de contacto
con la realidad (asentamiento Víctor Raúl) y un espacio en el que realizamos
varias visitas con personas con las que terminamos de coordinarnos para las
actividades a llevar a cabo en esta semana.
Vicky, Churry, Marta y nuestra magnífica anfitriona: Giovanna |
La acogida fue estupenda y de
ella destacamos que nos han hecho partícipes, desde ese primer momento, de la
importancia de su trabajo con los niños, los jóvenes y las familias y de cómo
nosotros formamos ya parte de ello. Su compromiso vital ha hecho que nosotros
nos comprometamos más aún si cabe con este proyecto.
Tras el descanso de la noche,
hemos comenzado las actividades que ya se habían programado como son apoyo con
el trabajo con niños, jóvenes y catequistas en la parroquia de Virú, y de la
misma manera hemos hecho en la Casa de la Juventud en el asentamiento “Víctor
Raúl”. Destacamos la celebración que hemos vivido, el juego realizado con los
niños, mientras se llevaba a cabo la primera charla para padres y madres de la
etapa de Inicial (3, 4 y 5 años) y sus profesoras. Increíble asistir a una actividad
formativa en la que cincuenta padres y madres han compartido lo mucho que les
llena su labor educativa, sus dificultades y sus alegrías (atentos a sus caras
en la foto). Antes de esta actividad, se nos quedaba en el tintero, que también
se ha realizado consulta psicológica por parte de José Antonio.
Me despierto de golpe en la madrugada, son las 5:30, me cuesta coger el sueño, cojo el móvil, miro twitter por casualidad y me encuentro vuestro testimonio, calentito, recien publicado y lo leo orgullosa muy muy orgullosa del c@lor que se está viviendo en Perú gracias a los niños, a las familias, al Monseñor P. Javier y a vosotros. Me vuelvo a dormir deseando volver a despertar y encontrarme otro testimonio, pero esta vez habrá que esperar. Un abrazo!
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